miércoles, 23 de mayo de 2012

Mundo vital comunidades indígenas Sierra Nevada de Santa Marta.


En la sierra Nevada de Santa Marta, habitan cuatro culturas indígenas, descendientes de la cultura milenaria Tayrona. Los Arhuacos, Koguis, Kuankamos y Wiwas, han habitado la Sierra hace cientos de años, desde su conformación, después de la conquista española, su territorio que antiguamente comprendía desde las playas y el mar del caribe Colombiano, hasta el pico nevado de la tierra, hoy se ha reducido a las partes medias y altas de la sierra, por diferentes factores sociales, políticos y económicos.
Estas culturas creen profundamente en la naturaleza, y consideran a la Sierra como el ombligo del mundo, ellos son los hermanos mayores de la humanidad, y se consideran los encargados de instruir a los demás seres humanos (hermanos menores) sobre como tratar al mundo, para asegurase no solo una buena vida terrenal, sino también celestial.
No tienen un Dios único, creen en todas las fuerzas y seres de la naturaleza, desde las plantas hasta las hormigas son merecedoras de respeto, al igual que la tierra y todo lo producido en ella, tienen una ley de convivencia armónica con la naturaleza, para lo cual realizan pegamentos, que consisten básicamente en ofrendas sibolicas a la tierra, a cambio de servirse de ella.
Actualmente estas cominuidades poseen una economía casi inexistente, que se reduce a lo poco que pueden vender de sus siembras y cultivos, y al trueque, modelo económico que aun hoy los rige, claro está con ciertas excepciones, de algunos indígenas que se han incorporado a la economía colombiana normal, asumiendo una posición de pobreza e indigna.
A demás de la difícil situación económica, los indígenas de estas comunidades viven bajo una ambivalencia sobre sus gobernantes, puesto que gracias a su cultura y creencias no pueden aceptar un gobierno tan "mundano" como el democrático colombiano, pero aun así por esa misma condición de colombianos no pueden estar aislados por completo del mismo, a demás de lo anterior, existe también el poder no legitimo ni legal de la guerrilla y paramilitares que habitan y mandan en la Sierra.

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